23 julio, 2012

Sesenta Nubes

Salí tarde
apresurado 
de noche 
con un cielo tímidamente despejado
Salí al encuentro
en una pasarela 
vi los autos pasar debajo de mí
desaparecían
en su intermitencia
la velocidad 
el sonido 
el viento en la cara 
la música de un acuario
lo mecánico 
lo infinito 
saboreaba la brisa del mar 
la costa 
los kilómetros a pie 
los extensos tramos 
de conversación
de intimidad
de amistad 
de compañía 
de fervor.
Las risas 
la invención 
las historias
los recuerdos
la prisa a paso lento mordiendo nuestros pasos 
el andar 
el vagar por la costa marejada
el negarse a seguir más allá 
la pendiente 
las calles con nombres de calles santiaguinas
las casas o casonas
los perros 
los gatos 
el chocolate y
las alergias
la despedida 
la cordura echada a la suerte
de una última conversación
el cigarro en mi boca 
mientras que con mis manos 
buscaba las monedas para volver a casa.

Todo acabó como debía acabar
sólo fue sorpresa el cansancio 
y la dicha de volver a casa por fin 
cansado.

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