Treinta Nubes

Bordando besos
inmolando palabras a los dioses
que esperan tu sangre
que enamores
que censures tu cuerpo
a la espera del hombre
a la espera de mí.

Colmada de dudas
desafinas en tus cartas
maldices en ellas
injurias y pesadeces.
E interviene la noche
con ese silencio que camina
que te arrastra por los cuestionamientos
qué
como emblema de vida
se ensaña en tu pecho
la herida de la duda.

A qué le temes
a qué temo yo
a que los dioses se enamoren
de tu naturaleza infértil
y plasmen en mi
el vació entorno
de un jardín de magnolias.

Veintinueve Nubes

Olvidé
tus acordes
tus manos
el rasgueo en tu vientre
el arpegio en tus cabellos.

Aun tentado a improvisar con los dedos
congelados por el frío
perdí la uñeta que me regalaste.

Comenzamos así
sin letra alguna que nos uniera
que nos perteneciera.
Sólo dos cuerdas
que hacían sonoro el silencio.

Olvidé mis acordes
mis sentimientos
mis pasiones.
Escondí tras el letargo de mis dedos
la ausencia de tu voz
la complicidad de una tonada
la delicadeza de un suspiro.

Olvidé tu canto
ese percutido encanto
de aquel tambor chino
que tenias en casa.

Y me perdí en la segunda estrofa
justo antes
de que avanzáramos al coro.

Veintiocho Nubes

Me han secuestrado
los extraterrestres que pasean por el techo.
Me han vigilado muchos días
me dieron su numero de teléfono.
Aparecí a los pocos días
con el pelo más largo
y la barba blanca.
Tenia un corte en el cuello
y el brazo lleno de manchas.

Me han secuestrado
los extraterrestres que se pasean por la moneda.
Nos han vigilado toda la vida
nos dieron la misma educación.
Aparecí a los pocos años
con el pelo corto
y sin barba.
Tenia una deuda millonaria
e intereses por cada crédito.

Me han secuestrado
los extraterrestres que se pasean
por el congreso.

Veintisiete Nubes

Un iluso
un estúpido
un perfecto imbécil
que paso de moda.
crédulo
comunista
utópico
sentimental
mágico como dicen algunas
buena onda
pero a fin de cuentas
el gato por liebre te lo venden igual
te enamoran
te envuelven
te estrujan
el dinero
el amor
e incluso el sexo.
Se incuban en uno
como parásitos
y te drenan la buena onda.
para luego preguntarte
qué pasa
por qué esa cara
te invito algo
y uno con el rostro demacrado
contesta animosamente
bueno.

Pero son años de experiencia
son años de fingir estar en compañía de alguien
son expertas
y fieles de una sola ley
no enamorarse
las otras simplemente son ciegas.

Veintiséis Nubes

Se resbaló de mis manos
se trizó
mil pedacitos
mil palabras rotas
mil promesas incumplidas
un álbum de fotos
unas cuantas comidas
conversaciones
besos
manos
canciones
nervios.
Se cayeron mis dientes
sangré de narices
dormí tirado en el suelo
golpeado
como peso muerto
fingiendo tranquilidad
hasta cuándo tendré que dejar morir las cosas alrededor mio
hasta dónde huiré
me até las manos muchas veces
las froté y sangraron
sangraron mis manos.
mis huellas se empañaron en el rojo.
Me levante a tientas
limpié el polvo en mis pantalones
sacudí mi camisa
y en ese instante
cerca de mí
pasó un pequeño con una mirada triste
más sucio que yo
más
mucho más.
se me acercó
y me dijo
levantarse es gratis.

Veinticinco Nubes

Nunca supe como llegaste
a donde partiste
o donde terminarás. Si
me traerías un obsequio una película en la que
incluya un viaje al puerto o un retorno al mismo lugar.

Extraño la espontaneidad de tu vida
esa hoja arrugada en tu bolso
tu ropa en el viento
una tarde de dos horas
un muelle donde atraque
una conversación tópica
y a la vez utópica
de más encuentros
de más soñar.

Extraño tu sonrisa
tu palabra
tu manera de hablar
extraño tu agua
ésa que sació mi sed
extraño tu mirada
tu color de pelo
tu conversar.

Dónde estarás ahora Naomi,
que cada día es más lento.

Recuerdas el viento Naomi
recuerdas cómo se movían nuestros cabellos
recuerdas cómo reíamos al mirar.

Dónde estarás ahora
que cada día hay menos tiempo
que cada día
hay más por recordar.