30 enero, 2013

Ochenta y cuatro Nubes

Lluvia
cayó la discusión
la contemplación de dos puntos igualmente diferentes
lluvia de miradas
lluvia de paseos incesantes hasta coincidir
de paso
ibas de paso
por mi vida
y yo detenido
ante la tuya
que bueno fue encontrarte suspendida en el tiempo
en vacaciones
enamorada de este puerto.
Lluvia dejaste caer tus sonrisas
en mis oídos
al saber que volvería a verte.
Corrí a mi casa
corrí a bellavista
subimos las calles
y como buitres nos seguían
para ofrecernos según ellos lo mejor.
La conversación
fue extensa
el vino también lo fue
intensa como su color
dulce como su sabor
la conversación tomo la guitarra y melodías en un juego infantil
y recostados sin decir nada
apoye mi cabeza en tu hombro para escucharte latir.
Llovió aquella noche tu sonrisa
llovió.

29 enero, 2013

Ochenta y tres Nubes

Sentirla
acompañarla en este amargo día
por casualidad
por mensajes internos
por deseos y buenas vibras
sólo por sentirla
hoy pude sacarle de sí
una sonrisa
el desahogo
y la catarsis.
Hoy encontré un pequeño sendero
para caer junto a ella.
para acompañarle en su sufrimiento
y levantarme junto a ella de igual manera
sucios
húmedos
con olor a tierra
pero dispuestos a volver a intentarlo
¿o no?



23 enero, 2013

Ochenta y dos Nubes

Sonreírse es alivianar las penas
alivianar el vaso de cerveza
y también la compañía.
Sonreírse valió mucho más
la noche en que te conocí.
Sonreírte convirtió las penas en alegrías
llenó mi vaso de cerveza
y asentó a mi lado tu compañía.
¿qué más?
Sonreírnos fue lo mejor que pudimos haber hecho aquel día.

Ochenta y una Nubes

Añoro poder rozar
mi nariz junto a la tuya
jugar con nuestras manos ingenuamente
mirarte a los ojos
y decirte sin palabras
cuanto te quiero
cuanto te extraño
cuan raro siento el pecho a tu lado
cuan intensa se vuelve mi mente
tratando de juntar palabras
en oraciones que decirte o hablarte.
Niña
eres el dulce sabor de esta vida
la que me invoca mil fantasmas 
la que me implora a mi mismo
salvarme 
la que llena mi corazón de alegrías
tan sólo el recordarte.
Niña
aunque la distancia y el tiempo nos alejen
aunque el miedo esté de por medio
siempre habrá una mueca
o guiño que sabrá nuestro pequeño secreto.
Tú mi más grande cometido
mi más grande deseo
tú la única que ha hecho andar éste corazón de nuevo
con la ilusión de infancia
ese amor puro y honesto.
Mil gracias a ti, niña
mil gracias. 

21 enero, 2013

Ochenta Nubes

Sueños
sueño contigo 
pero sin ti.
Sueño despierto
y a escondidas.
Sueño sueños enredados contigo
sueños eróticos
sueños de aventuras y lejanías
Sueños 
sueño 
pero sin ti.
Sueño sueños de colores
sueños bizarros
sueños aleatorios
y sueños enojados.
Sueño ecos todos los días
sueño voces y reflejos
sueño tintes y dimensiones
sueño sueños 
en lo que tu me ames sin mentiras.
Sueños que sueño por ti
porque aunque pasen los años
tú aún sueñas estar aquí 
sentada en mi mente
tomando té
riendo junto a mí.
Sabiendo que todo sueño nuestro 
es mentira.

19 enero, 2013

Setenta y nueve Nubes

No me esperes
no llegaré
no estaré allí cuando despiertes.
No te despiertes
quédate recostada entre sus brazos
pero no lo beses
no lo acaricies
no lo sientas
pues el vacío se alegrará de verlos juntos.
Duérmete
cierra los ojos
no estaré allí cuando los abras
no estaré allí para verte crecer
para verte llorar.
Lo prometo
me habré ido
y tu jamás me volverás a ver.


17 enero, 2013

Setenta y ocho Nubes

Tranquilidad
una palabra que no se nota que se agota
cada día es más difícil encontrarla en las calles
en esta ciudad revuelta
en los pasajes reventados de viejas hendiduras
heridas de calles
la paz está al otro lado de la vereda
del caudal más ancho,
el grito de las aves en la costa
desvirtúan el marcador a favor del cáos inminente.
La sequía es auto concevida, autómata
predilecta
selectiva
e insospechada.
Tengo sed de tranquilidad
con dos cubitos de hielo, si fuese tan amable
el limón esta vez está de sobra.
Tranquilidad
una palabra que se desborda de mi mente
no hay cabida para nada más.
Deberé dejar mucho espacio para ella
si la logro encontrar.




02 enero, 2013

Setenta y siete Nubes

Al principio
la emoción se apega a lo sublime
a lo misterioso
a lo insospechado
a lo distinto.
Entre medio
se escandaliza todo
se pierde el control
la éxtasis y la excitación es insostenible.
Al final
la decepción se apega al vació
a la soledad
a la vergüenza de encontrarse ensimismado
de desdoblarse y verse a si mismo
triste y sólo.
Si tenemos un principio
e incluso un entre medio
¿para qué queremos un final?