19 septiembre, 2012

Setenta Nubes

Necesito reiterativos espasmos de locura
dos litros de café
con tres cucharadas de azúcar
un pan con palta
y otro tostado.
Necesito liberarme
necesito levantar la cuchara
y que cuelgue la bolsa de té sin ninguna fisura.
Necesito que mi equipo de fútbol gane este fin de semana
que pueda dormir hasta las tres
que cada minuto sea una página de libro leída
que pueda volver a sentir mi estomago revuelto
esa magia, esa picardía y entusiasmo por sonreír.
Necesito que me golpeen
una bofetada
necesito que todos escuchen más
necesito que se entienda lo que digo
lo que siento
necesito un abrazo
un beso
un apretón de manos
necesito indudablemente comer torta de yogurth
o un griego
necesito leer más de lo que quiero
pintar lo que quiero
y esculpir lo que quiero.
Necesito agitar las manos y mis pies
gritar en la calle
cantar sin importarme la burla
hablar de cosas entretenidas
no escuchar cinismos ni mentiras.
Necesito ver un ovni
para creer que puedo ir de vez en cuando a otro mundo
necesito tocar mi guitarra
aprenderme canciones
sostener una melodía
apretar las cuerdas con más energía
necesito subir más rápido mi cerro sin cansarme.
Necesito cortarme el cabello
pero porque yo quiero,
no porque alguien me lo dice.
Necesito soplar más fuerte
beber más agua
y comer más fruta.
Necesito estar en paz
vivir el presente
y dejar el pasado y el futuro descansar
necesito asimilar su muerte
condenar a los demás sin odiarlos
necesito mentirme
explicarme
interrogarme
dudar de mi.
Necesito ser más eficaz
más correcto
necesito estar sólo
necesito un vaso bien helado de piña natural
una bombilla
un rol que cumplir
una tarea
un préstamo
una idea
un gesto
una palabra
un trámite
un desgarro mental que me llene el vaso de soledad
bien helado.
Necesito asegurarme que aún camino
que un pie va adelante del otro
que no me inclino a la izquierda
que no esquivo a la gente con mi carácter,
sino que la eludo rápidamente para ser feliz.
Necesito arrojarme al mar
desde unos tres metros de alto
necesito volar
saltar imperiosamente a ti
abrazarte
necesito custodiarte
aplicar castigo a tu deuda
necesito sobrar de vez en cuando
necesito correr
correr rápido
sintiendo el viento acelerar y fluir a través de mi.
Necesito sentir alivio
ironía
placer.
Necesito un masaje de espalda
un te de limón y un tapsin
necesito una almohada más blanda
una cama más grande para girar sin caerme
necesito caerme
necesito mirarme en el suelo
levantarme
necesito escribir todo
expresar todo
envidiar todo
solucionar todo
necesito todo esto y más
necesito un libro llamado espantapájaros
un tiralíneas cero-uno
necesito un oleo blanco titanio
necesito acuarelas
necesito más confianza
pagar la distancia
la disonancia
la cultura y el saber.
Necesito dosificar los martes y miércoles
y descansar de mi condición
jueves, viernes, sábado y domingo.
Necesito un lunes
un lunes sin decir que necesité más tiempo.
Necesito desquitarme
exprimir naranjas
regalar juguetes
comprar antigüedades
cambiar de vestuario
ajustar mis pantalones
intercambiar más colores
adoptar un perro o un gato
necesito tranquilidad.
Necesito de una buena vez
sacar del baúl tanta frase apolillada
y dejarla secar junto al papel reciclado.
Necesito empezar otra vez.

17 septiembre, 2012

Sesenta y nueve Nubes

Muy pronto
coserás tus propias palabras
para que no pierdan el hilo de su significado
y atarás a ellas notas de recordatorios:
"30 de octubre, mi cumpleaños"

Los años ya no pesan
ellos sólo presumen su ausencia.

Sesenta y ocho Nubes

Y si la recuerdo  qué
Y si su nombre está adherido a mi  qué
El recuerdo se impregno en mis días
el arrepentimiento en mis venas
y todo lo que viene entremedio
en mis ojos.
En la retina
las fotografías del ayer son proyectadas
y el susurro de su nombre que se torno innombrable
disminuyo hasta desaparecer.
¿ qué les hace creer que aún la recuerdo?
por qué creen que su nombre es un eco en mis tímpanos
¿qué les hace creer semejante falacia?
Y...
si la recuerdo...
qué.

16 septiembre, 2012

Sesenta y siete Nubes

Ir a conocerte
la tropa de preguntas
la vista rotonda al pasado
en la noche más oscura
la más helada.
Ir a conocerte
a kilómetros de distancia
a dos años luz de estar juntos
a besarte
a consumir tus acentos y tus gestos
a seducir tus pestañas
y emancipar tus labios
a desprender de tus palabras
un verso infinito.
Ir a conocer de ti
todo de mí.

Sesenta y seis Nubes

El tiempo
el tiempo desnudo
el que se avecina
el que esperamos
el que todo cambia
el que todo anima
el tiempo efímero
el tiempo obtenido
y el que tendremos.
El tiempo
aquel que nos distancia
aquel que nos quiere unir
Los años
días
horas
minutos
son palabras que se estancan en un cronómetro de vida
que se jactan para observarte
en la justa medida del secreto.
El tiempo
es sólo una excusa para conocerte
y encantarme con tu voz
con tus ojos
tu sonrisa
y tu ser.
El espacio para que ello ocurra
será manipulado a nuestro antojo
y sentenciado a crecer.