30 diciembre, 2011

Cuarenta y cuatro Nubes

Cuando te consume la intriga
y se acuesta contigo la duda
en la mañana
el desayuno ingrato
de una llamada inconclusa
de una cita intervenida por el tiempo,
quebraja la serenidad del amanecer.
Rondan en mi cabeza tus ojos
y tus visitas se alargan
como visa de turista.
Me tiento a la ilusión
a embobarme
a acobardarme y no decir mis intenciones.
No caer en la desesperación
cuando el peso de ésta te aplaste.
Le gustare?
pensará en mí
o saldrá de su boca el tópico juvenil
"te quiero como a un amigo"
En estos días,
la aurora de pensamientos
azules y violetas
construyen más preguntas que alusiones
más ilusiones que realidad.
El soñador se quedará sólo otra vez
y el realista vivirá acompañado de mentiras.

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