23 enero, 2013

Ochenta y una Nubes

Añoro poder rozar
mi nariz junto a la tuya
jugar con nuestras manos ingenuamente
mirarte a los ojos
y decirte sin palabras
cuanto te quiero
cuanto te extraño
cuan raro siento el pecho a tu lado
cuan intensa se vuelve mi mente
tratando de juntar palabras
en oraciones que decirte o hablarte.
Niña
eres el dulce sabor de esta vida
la que me invoca mil fantasmas 
la que me implora a mi mismo
salvarme 
la que llena mi corazón de alegrías
tan sólo el recordarte.
Niña
aunque la distancia y el tiempo nos alejen
aunque el miedo esté de por medio
siempre habrá una mueca
o guiño que sabrá nuestro pequeño secreto.
Tú mi más grande cometido
mi más grande deseo
tú la única que ha hecho andar éste corazón de nuevo
con la ilusión de infancia
ese amor puro y honesto.
Mil gracias a ti, niña
mil gracias. 

1 comentario:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.